Las formas de medir el kilogramo, el
amperio, el kelvin y el mol cambiarán a partir de 2018.
Las
redefiniciones de estas unidades se basarán en relaciones con constantes
fundamentales. Esto permitirá a los científicos que trabajan con el más alto
nivel de precisión hacerlo de múltiples maneras, en cualquier lugar, momento y
escala.
El kilogramo (unidad
básica de masa) está definido por la masa
que tiene un cilindro de platino-iridio con una altura y dimensión específicas. Con
la nueva redefinición, el kilogramo podría medirse con la denominada balanza de Watt, un instrumento que compara la potencia
mecánica con la potencia electromagnética.
El amperio (unidad
de corriente eléctrica), que actualmente se define por un experimento
imaginario que genera una fuerza entre dos cables infinitos, podrá redefinirse
con una bomba de electrones.
Con termometría
acústica se redefinirá el kelvin (unidad de temperatura), que actualmente se
relaciona con la temperatura y presión a la que coexisten agua, hielo y vapor
de agua en equilibrio. La técnica consiste en que la velocidad del sonido en
una esfera llena de gas se puede determinar a una temperatura fija.
El mol (unidad de
sustancia) se redefinirá con un dispositivo que los científicos denominan
la constante
de Avogadro, un instrumento que determinaría la cantidad precisa de
átomos que hay en una esfera perfecta de silicio puro-28.
En mi opinión me
parece un método simple e ingenioso en el que los científicos podrán trabajar
con más precisión en sus investigaciones científicas.
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